Frailes en país Maya

 

Numerosas aventuras

Dominicos y Franciscanos en país maya - siglo XVI

Un viaje de Las Casas a Tabasco y Chiapas

Pedro de Barrientos en Chiapa de Corzo

Las Casas en contra de los conquistadores

Fuensalida y Orbita, exploradores

La agrupación de los indios

 

Intensos estudios

Un fraile etnólogo, Diego de Landa

El conocimiento de los idiomas mayas

Dos profesores, Juan de Herrera, Juan de Coronel

Dos frailes historiadores, Cogolludo y Remesal

 

Innumerables construcciones

Un Franciscano arquitecto, Fray Juan de Mérida

El convento de Valladolid en Yucatán

El convento de Izamal y sus milagros

En Yucatán, cada pueblo tiene su iglesia

Un Dominico enfermero, Matías de Paz

 

Grandes esfuerzos de evangelización

La pacificación de la Verapaz

La fundación del monasterio de San Cristóbal

La provincia dominicana de San Vicente

Una evangelización autoritaria

Los Franciscanos y la religión de los Mayas

Un fracaso de los franciscanos en Sacalum, Yucatán

Domingo de Vico, mártir dominicano

 

El fin de la aventura

La vuelta a los monasterios

 

Complementos

Las Casas y la libertad de los indios

La Historia Eclesiástica Indiana de Mendieta

La ruta de la evangelización dominica en Guatemala

El convento de Ticul, visto por John Lloyd Stephens

Los Franciscanos en el valle del Colca, en el Perú

La ruta de los conventos de Yucatán en el siglo XVI

La misión dominicana de Copanaguastla, Chiapas

 

A su disposición, a petición:

- informaciones sobre los paises mayas,

- textos sobre la conquista y la colonización de los paises mayas

 

correo:

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EL CONVENTO

DE VALLADOLID

EN YUCATÁN

 

 

 

 

 

 

 

Fachada del convento de Valladolid, desde el atrio (octubre de 2023).

 

El convento de Valladolid

 

El convento franciscano de San Bernandino de Siena es uno de los más importantes y más hermosos de Yucatán. Se empezó su construcción en 1552, bajo la autorida de fray Juan de Mérida, arquitecto, y se terminó en 1560, fecha señalada en una inscripción. El convento está edificado sobre uno de los más grandes cenotes de la región, que se puede divisar debajo de la noria de la huerta, todavía bien conservada. La iglesia se mantiene casí en su forma original; preserva pinturas del siglo XVI, detrás de los retablos colocados más tarde en las paredes laterales.

 

 

Valladolid, Caminata de los Frailes para promover al turismo

 

El franciscano Diego López de Cogolludo describe el convento en su Historia de Yucatán publicada en 1688:

 

 

El convento se encontra fuera de la ciudad, en el pueblo de los indios

 

"El convento de nuestro padre San Francisco (que ha tenido guardian electo en los capítulos, desde el año de mil y quinientos y cincuenta y tres) está fuera de la villa como seis cuadras á la parte occidental. Vase de ella al convento por una calzada de ocho varas de ancho, hecha de cal y canto con su petril, y por ambos lados tiene una alameda de árboles, que se llaman zeibas (yax che), que son muy grandes y coposos, que la hacen sombria, y aunque hay esta distancia, es muy frecuentado de los vecinos por ser devotos de nuestra sagrada religion. La iglesia es obra de mamposteria, nave cubierta de bóveda, y su titular San Bernardino de Sena. El retablo del altar mayor es de pincel, aunque el sagrario de escultura obra moderna. Correspondele á los dos lados dos capillas, una de nuestra Señora de Guadalupe de talla entera de gran devocion, y hecha en Guatemala; la otra de San Diego de Alcalá imágen de pincel. En el cuerpo de la iglesia hay tres capillas, una de nuestro padre San Francisco, otra de Santa Ana, y fuera del muro uno de San Antonio de Padua, que hicieron los hermanos de la tercera órden de penitencia, cuyo comisario es ordinariamente el predicador conventual, que predica los sermones de la parroquial de la villa. Dentro del pátio de la iglesia está la de los indios de el pueblo de Zaqui, donde está fundado el convento: su titular tambien San Bernardino de Sena."

 

(Diego López de Cogolludo, Historia de Yucatán, libro 4, capítulo 16)

 

 

Valladolid, febrero de 2023, luz y sonido en el monasterio franciscano

 

Se construyó encima de un cenote

 

"Es tierra humeda y muy fértil, aunque muy pedregosa, y no corren rios por la superficie de ella; pero por señales que se han visto, es cierto corren por lo interior muy copiosos. Descubre en muchas partes diversas bocas, unas grandes y otras pequeñas, abiertas naturalmente en peña viva, que se pueden contar entre otras cosas prodigiosas, y suelen tener diez, doce estados, y mas de profundidad, hasta el agua, y otros tantos de ella. Hacen abajo, como capacidad de muy grandes estanques abobedados de peña viva, sin que se vea por donde les viene el agua, y en ellos hay alguna pesca, especialmente de vagres. Entiende son rios subterraneos, y el agua es mas delgada, y mejor, que la de los demas pozos abiertos á mano, y en algunos se ha descubierto ser agua corriente. Nuestro convento de la Villa de Valladolid está lo mas dél fundado sobre uno de ellos, y es grande el espacio que hace abajo el agua, que dicen es casi, como dos cuadras. No falta quien afirme, que tener esta tierra tantas bocas de esta forma, es causa de que haya en ella muy pocos temblores, como los hay en Guatemala, Nueva España, y otros reinos de las indias, y llamanse comunmente Dzonót Cenote."

 

(Diego López de Cogolludo, Historia de Yucatán, libro 4, capítulo 1)

 

 

Plano del convento de Valladolid y de su cenote (las lineas verdes y moradas indican el perímetro de la cavidad)

 

Los frailes tenían mucho trabajo, luchando a la vez contra las creencias de los indios mayas apegados a sus antiguos dioses y las supersticiones de los conquistadores españoles. Cogolludo copia un testimonio del doctor V. Pedro Sánchez de Aguilar en su « informe contra los indios idólatras de esta tierra », quien relata un acontecimiento ocurrido en Valladolid:

 

 

El diablo habla con los vecinos de Valladolid

 

"Tampoco vendrá fuera de propósito traer á la memoria, cuan perseguida y alborotada estuvo la villa de Valladolid mi pátria, por los años de mil y quinientos y sesenta, segun mi cuenta, con un demonio parlero ó duende (caso estupendo é inaudito) que hablaba y tenia plática de conversacion, con cuantos querian hablarle á las ocho ó diez de la noche á candiles apagados y sin luces, el cual hablaba á modo de un papagayo, y respondia á cuanto le pedia un hidalgo conquistador, llamado Juan López de Mena, natural de Logroño, y otro conquistador llamado Juan Ruiz de Arce de Las Montañas de Burgos. En sus casas este duende hablaba, y conversaba mas que en otras, mandábanle tocar una vihuela, y la tocaba diestramente, y sonaba castañetas, y bailaba tocándole otro, él se regocijaba, y reia, pero no le pudieron, ni se dejó ver. […]"

 

 

San Clemente echa de la ciudad al diablo

 

"Y sabiendo el señor obispo los falsos testimonios que decia, y los denuestos con que infamaba á algunos, mandó con graves censuras, que ninguno le hablase, ni respondiese. Y cumpliendo con estas excomuniones los vecinos dejaron de hablarle, y responderle; por lo cual dió este demonio ó duende, en llorar y quejarse del obispo, y en hacer mayores ruidos y golpes, y estruendos en las azoteas y terrados, con que asombraba y quitaba el sueño. Despues de esto dió en quemar las casas que entónces eran las mas de paja, y de unas palmas que llaman guano; por lo cual los vecinos acudieron al favor divino, y se juntaron en la iglesia y pidieron al cura echase suerte por un santo abogado y prometieron de celebrar su fiesta con procesion al convento de san Francisco, y les cupo en suerte al bienaventurado san Clemente Papa y mártir, que es á veinte y tres de Noviembre, y en este dia voy trasladando este informe para imprimirlo, siendo Dios servido, y en su nombre acuso á mis compatriotas en el descuido que ví en ir á la procesion, dejando solo al cura, siendo el voto de la villa en comun, y de sus padres y abuelos. En el retablo de la iglesia está este santo con un demonio atado."

 

(Diego López de Cogolludo, Historia de Yucatán, libro 6, capítulo 5)

 

 

Valladolid, en la estación del "Tren Maya", marzo de 2024

 

"Los sencillos historiadores del siglo XVI, y los que los han copiado, suponen como cosa indudable el comercio continuo y familiar del demonio con todas las naciones idólatras del Nuevo Mundo, y apenas refieren un suceso que no atribuyan a su influjo. Pero aunque sea cierto que la malignidad de aquel espíritu se esfuerza en hacer a los hombres todo el daño que puede, y que algunas veces se les ha aparecido en forma visible para seducirlos, especialmente a los que no han entrado por la regeneración en el seno de la Iglesia, no puede creerse sin embargo, que las apariciones fuesen tan frecuentes, ni su comercio con aquellas naciones tan franco y libre, como dicen los autores citados; porque Dios, que cuida con amorosa providencia de sus criaturas, no concede tanta libertad a aquellos declarados enemigos del género humano. Los lectores que hayan visto en otras obras algunos sucesos de los que yo refiero en mi Historia, no deben extrañar mi incredulidad en este punto."

 

Francisco Javier Clavijero, Historia antigua de México, Libro II. Viaje de los Mexicanos al país de Anáhuac. 1780

 

 

Plano de Valladolid: de la izquierda a la derecha, el convento de San Bernardino de Siena, la Calzada de los Frailes, el cenote Zaci

 

Carta de Fray Lorenzo de Bienvenida á S. A. el Príncipe Don Felipe, dándole cuenta de uarios asuntos referentes a la provincia de Yucatan. 10 de febrero de 1548:

 

"La otra villa llaman Valladolid; en esta ay quarenta vezinos conquistadores: en esta villa se leuantaron este año de quarenta y siete los yndios y mataron quinze o veinte españoles, que los tomaron en los pueblos cada vno por sí, y si no les socorrieran de presto de la çivdad, no quedara ningún español; y mataron de naborías más de quinientos entre hombres y mugeres, y este leuantamiento por mal tratamiento que hazen á los indios los españoles, tomándole las mugeres i hijos, y dándole de palos, y quebrándole piernas i braços, y matándolos, y demasiados tributos y desaforados serviçios perssonales; y si V. A. no provee de remedio con brevedad, no es possible permaneçer esta tierra, digo de justiçia. No se leuantaron donde teniamos muchachos en las escuelas, y por ser pocos los frayles que estamos en esta tierra, no podemos acudir á todas partes. Ya enbiamos vn frayle á V. A., para que le ynformasse de la verdad de lo que en esta tierra passa, mas como la mar es incierta y peligrosa, no sabemos si llegó en saluo: este se llama Fray Nicolás de Alualate, de la provinçia de Toledo, y para que V. A. nos provea de coadjutores para labrar esta viña llena de ydolatría de demonios, y para que nos den obispo que sea sancto y letrado, como conviene á esta nueva yglesia, y para que nos mande dar lo que suelen dar en las tierras nuevas, que es vna canpana á cada casa, y vn cáliz, i vino I azeite para todas las casas, para misas y para alumbrar el Sanctissímo Sacramento."

 

 

 

El convento de Valladolid en 1886, foto echa por Désiré Charnay

 

 

 

Antonio de Ciudad Real describe la ciudad de Valladolid y su convento en el año de 1588

 

"Jueves veintiuno de julio [de 1588] salió el padre comisario [Fray Alonso Ponce] de Calotmul … llegó a decir misa al pueblo y convento de Valladolid, que por otro nombre se llama Zaquí o Zizal, donde fue muy bien recibido; hubo muchas ramadas, mucha gente, música de trompetas y flautas, mucho repiquete de campanas, señales y muestras de alegría por su llegada. Acudieron los indios con sus presentes de gallinas, pollos, iguanas, icoteas, huevos, zapotes, plátanos y otras frutas. No sólo los de aquel pueblo pero también de casi toda la guardianía, todos son indios mayas y gente devota.

"El pueblo de Zaquí o Zizal es de mediana vecindad; moran en él, en un barrio de por sí, unos pocos indios mexicanos, de los que fueron con los españoles cuando la conquista.

"El convento, cuya vocación es de San Bernardino, está todo acabado, con su iglesia, claustro, dormitorio y celdas, labrado de cal y canto y de bóveda; tiene junto a la iglesia un bonito patio o compás, y en él una ramada y capilla para los indios. Hay en aquel convento una bonita huerta, en que se dan plátanos, aguacates, guayabas y todo género de narajas, pitahayas, piñas, uvas y mucho y muy buena hortaliza; riégase todo con agua que viene del anoria del pueblo, que está casi pegado a la pared del convento; el que está fundado sobre un zonote muy grande, que está debajo de tierra, debajo de la mesma peña viva y tiene tres o cuatro bocas como bocas de pozos, una de las cuales sale a la cocina del convento, y sobre otra está armada la anoria del pueblo junto a la cual hay dos pilas grandes, en que echan agua para el sustento de todos; es muy hondable aquel zonote, y muy ancho y espacioso y de agua muy delicada; críanse en él muchos bagres pequeños, aunque muy sabrosos; no lejos dél hay otro muy grande, casi todo descubierto porque tiene la boca anchísima, y dicen que se comunica con el del convento, y que el agua del uno y del otro, y aun de todos los demás, es de paso.

"Un tiro de arcabuz deste convento está fundada la villa de Valladolid, pueblo de españoles, de ochenta vecinos, de los que unos tienen pueblos de indios en encomienda, otros son mercaderes y tratantes, y otros oficiales, pero todos son pobres; casi todas las casas de aquel pueblo son de cal y canto, y cubiertas de tejas, aunque algunas hay de azotea, y otras cubiertas de paja. Residen en aquella villa dos curas y tienen una bonita iglesia, asimesmo de cal y canto y cubierta de teja. Desde el convento al pueblo va una calzada, cerrada de una parte y de otra de ceibas, que son unos árboles altos y coposos, que tiran un poco a los chopos de España. Sin los españoles moran en aquella villa muchos indios de los naturales, criados y conocidos suyos y otros de los mexicanos; en aquel convento moraban cuatro religiosos, visitólos el padre comisario y detúvose allí hasta el día de Santiago, en que predicó a los españoles, de los cuales acudieron muchos a oírle."

(Antonio de Ciudad Real, Tratado curioso y docto de las grandezas de la Nueva España, Vol II, Cap CXLIII, p 324-325)

 

 

La noria de la huerta del convento de Valladolid

 

 

RELACIÓN DE LA CIUDAD DE VALLADOLID

 

"En medio de esta villa de Valladolid, al tiempo que se pobló, en la plaza de ella, le caya un cu de piedra, hecho a mano, muy alto; tenia en la cumbre de el muy blanqueada y hecha una pieça que se veia desde lejos, y alli tenian aquel idolo que atrás dije en el primer capitulo, donde los indios iban a idolatrar; era este cu cerro de proporción redonda, ocupaba en contorno mas de cuatrocientos pasos; arriba era seguido, no tan ancho […]

 

"Trazo el capitán Montejo esta villa norte sur y del este a oeste; miran las calles al norte y al sur; diole grandes calles de quarenta pies en quadra; tiene en la dicha plaza, frontero de este cu, a la parte del sur, un templo mediano de tres naves, cubierto de teja a lo pulido, con sus pilares de piedra bien arqueados de cantería y albañeria; suben a el por seis gradas; de la iglesia al nacimiento del sol, en la calle Real, ayy se va fundando un ospital de la Sancta Veracruz […]

 

"Fuera de esta villa, poco mas de un tiro de arcabuz, esta poblado un monasterio de frailes franciscos menores de la observancia, muy fuerte, con su iglesia de bóveda de albañeria y cantería, con su claustro de quatro quartos y corredores en lo alto, en los quales hay muchas celdas, todas de bóveda; tiene grandes estribos a manera de fortaleza; son las paredes de anchor de diez pies y en partes mas; esta muy almenado; es conforme a esta figura; van a el por una calzada hecha a mano con muchos arboles muy sombríos, que llaman seibos, a manera de nogal […]

 

"Son los monasterios lugares fuertes, que al parecer son inexpugnables, por tener gran compás y el agua dentro de si y no se pueden minar por estar en peña viva; y el monesterio de esta villa, en particular, esta fundado encima del mesmo zenote de agua. Dentro en estos monesterios pueden caber dos mil ombres, aunque entre ellos aya dos compañias de ombres de armas con sus caballos dentro."

 

Blas Gonzalez, Alonso de Villanueva, Juan Gutierrez Picón, vecinos de Valladolid, Relación de la ciudad de Valladolid, Relaciones histórico-geográficas de Yucatán, 1579

 

 

 

Relación de Valladolid, 1579. Arriba, la iglesia, la plaza y las casas del pueblo; abajo, la calzada arbolada del monasterio

 

Antonio de Alcedo, 1786

"Otra ciudad hay del mismo nombre en la Provincia y Gobierno de Yucathan, fundada por Francisco de Montejo el mozo el año de 1543 en un sitio llamado Choacá, y por los Indios Chavachan, de donde se trasladó al parage en que está hoy el año siguiente por ser aquel muy enfermo, es pequeña y de temperamento cálido ; tiene muy buena Iglesia Parroquial, un Hospital con el nombre de Jesus Maria, y un convento de Religiosos de S. Francisco que está fuera de la ciudad como á distancia de seis cuadras, las cuales se andan por une calzada de piedra que tiene 8 varas de ancho, adornada por ambos lados de una hermosa alameda ; está 30 millas á Poniente del golfo de Honduras, 170 al SO de Truxillo, y 65 al SE de Mérida en 52 gr. 21 min. de long. occid. y en 14 gr. 10 min. de lat. sept."

(Antonio de Alcedo, Diccionario geografico-histórico de las Indias Occidentales o América: es a saber: de los Reynos del Peru, Nueva España, Tierra Firme, Chile y Nuevo Reyno de Granada. Madrid, Imprenta de Blas Roman, 1786-89.)

 

 

Valladolid, "chispa de la revolución mexicana", simulación de la rebelión de Valladolid en contra de Porfirio Díaz en 1910 (abril de 2023)

 

La toma de Valladolid por los indios mayas, durante la Guerra de Castas

 

"A las siete de la mañana [el 14 de Marzo de 1848] reinaba en la ciudad el mas profundo silencio; las puertas de las casas estaban abiertas, pero todas habían sido abandonadas por sus dueños; hallábanse tristes y solitarias como las tumbas, y solo se veía enjambres de perros que corrian desesperados de una á otra parte, y que alguna vez ladraban tristemente por la ausencia de aquellas personas á quienes tenian consagrado su cariño. [...]

 

Cuando aún tres ó cuatro cuadras del camino se hallaban nutridas con las familias que no habian podido salir, los indios invaden el pueblo de Sisal; siguen su marcha triunfadora hasta salir al camino de Mérida; incendian el caserío de paja de aquel lado de la poblacion, y precedidos de un círculo de fuego y de polvo, avanzan sobre D. Agustin Leon. Éste los recibe con su artillería, arrojándoles bala raza y metralla, […] mas no habiéndose podido conseguir, al fin verificó su retirada, siguiéndole las tropas de los campamentos de San Juan y de Santa Ana. Él procuraba no precipitar su marcha, y hacia fuego de artillería y de fusilería sobre los asaltantes, mas éstos, que sobre haber ocupado la plaza principal, habian cortado la muchedumbre de familias y de fuerzas que se dirigian hácia el camino de Popolá, habian yá conseguido su objeto, introduciendo la desesperación y el desórden en nuestras filas."

 

(Serapio Baqueiro, Ensayo Historico sobre las revoluciones de Yucatan, desde el año de 1840 hasta 1864, Tomo I, Capítulo IX, Pierdense los pueblos del Oriente, Marzo de 1848, Merida, imprenta de Manuel Heredia Argüelles, 1878.)

 

 

El turismo en Valladolid: la iglesia San Servacio vista desde el hotel San Clemente

 

 

 

 

 

 

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Convento de Valladolid, la nave y el retablo del altar mayor

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Convento de Valladolid. El claustro

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El cenote Zaci, que se encontra en el otro extremo de la ciudad respecto al convento. Su bóveda se desplomó, dejando ver el agua. El cenote del convento, hondo de 24 metros, es subterráneo, accesible por un pozo cubierto por la cúpula de la noria

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Convento de Valladolid. Un retablo. San Antonio de Padua

 

"Del lado de la Epístola (lado izquierdo del Sagrario) está el retablo de San Antonio. Este retablo corresponde a la primera mitad del siglo XVIII. Ello le da excepcional importancia por tratarse de la época en que cristalizó el arte del entallado en Yucatán, además que su restauración lo muestra con una belleza excepcional. El santo, con niño y palma, luce dentro de su nicho, debajo del cual una excelente talla de madera relata el milagro de San Antonio con la eucaristía, con toro y burros en genuflexión. Encima de la cornisa otro panel tallado, muestra dos damas y dos caballeros en vestuario del siglo XVII, asombrados al presenciar una de las muchas visitas que el Niño Dios hacía a San Antonio. Dos grandes rolletes y un piñón coronan el conjunto. El inventario de 1755 ya referido, lo describe así: “Otro retablo mediano cerca del coro con cuatro columnas tallado y dorado, y en él colocada la imagen del Señor San Antonio de más de una vara cuyo altar está con ara y un frontal viejo de madera pintada al temple fondo blanco y dicho santo tiene palma de planta sin diadema”.

 

(Renán A. Góngora-Biachi, El arte sacro del convento de San Bernardino de Siena de Valladolid, Yucatán)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un vestido franciscano, en el convento de Valladolid

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Valladolid, plano de la iglesia San Servacio