Frailes en país Maya

 

Numerosas aventuras

Dominicos y Franciscanos en país maya - siglo XVI

Un viaje de Las Casas a Tabasco y Chiapas

Pedro de Barrientos en Chiapa de Corzo

Las Casas en contra de los conquistadores

Fuensalida y Orbita, exploradores

La agrupación de los indios

 

Intensos estudios

Un fraile etnologo, Diego de Landa

El conocimiento de los idiomas mayas

Dos profesores, Juan de Herrera, Juan de Coronel

Dos frailes historiadores, Cogolludo y Remesal

 

Innumerables construcciones

Un Franciscano arquitecto, Fray Juan de Mérida

El convento de Valladolid en Yucatán

El couvento de Izamal y sus milagros

En Yucatán, cada pueblo tiene su iglesia

Un Dominico enfermero, Matías de Paz

 

Grandes esfuerzos de evangelización

La pacificación de la Verapaz

La fundación del monasterio de San Cristóbal

La provincia dominicana de San Vicente

Una evangelización autoritaria

Los Franciscanos y la religión de los Mayas

Un fracaso de los franciscanos en Sacalum, Yucatán

Domingo de Vico, mártir dominicano

 

El fin de la aventura

La vuelta a los monasterios

 

Complementos

Las Casas y la libertad de los indios

La Historia Eclesiástica Indiana de Mendieta

La ruta de la evangelización dominica en Guatemala

El convento de Ticul, visto por John Lloyd Stephens

Los Franciscanos en el valle del Colca, en el Perú

La ruta de los conventos de Yucatán en el siglo XVI

La misión dominicana de Copanaguastla, Chiapas

 

A su disposición, a petición:

- informaciones sobre los paises mayas,

- textos sobre la conquista y la colonización de los paises mayas

 

correo:

moines.mayas@free.fr

 

 

 

 

 

 

 

 

UN VIAJE DE LAS CASAS

A TABASCO Y CHIAPAS

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Bartolomé de Las Casas de camino, intérpretado por Juan Carlos Colombo en la película mexicana "La carga", dirigida por Alan Jonsson Gavica en 2016

 

Un viaje interminable

 

Bartolomé de la Casas, nombrado obispo de Chiapas, sale para otro viaje a América, acompañado por unos cincuenta monjes dominicanos, encargados de evangelizar a los indios mayas. Este viaje les tomo casí un año, salpicado con peripecias dramáticas.

 

- 11 de julio de 1544: Embarque en San Lúcar de Barrameda

 

- 9 de septiembre de 1544: Llegada a Santo Domingo, con una escala en Canarias

 

- 4 de diciembre de 1544: Salida de Santo Domingo

 

- 5 de enero de 1545: Llegada a Campeche, Yucatán

 

- 20 de enero de 1545: Naufragio a la altura de Términos (isla del Carmen), en el transcurso de la travesía de Campeche a Tabasco

 

- 12 de febrero de 1545: Llegada a Tabasco (hoy día La Victoria), luego ida río arriba en canoa sobre el río Grijalva y un afluente hasta Tacotalpa

 

- 12 de marzo de 1545: Llegada a Ciudad Real (San Cristóbal de Las Casas) a través de las sierras habitadas por los indios Zoques.

 

Itinerario de Las Casas

 

Los Dominicos atraviesan el Atlántico, de San Lúcar de Barrameda a Santo Domingo

 

“Porque los que no saben de la mar entiendan algo de lo que en ella se padece, especialmente a los principios, diré algunas cosas que a los que han entrado en ellas son manifiestas. Primeramente el navío es una cárcel muy estrecha y muy fuerte de donde nadie puede huir, aunque no lleve grillos ni cadenas, y tan cruel que no hace diferencia entre los presos; igualmente los trata y estrecha a todos. Es grande la estrechura y ahogamiento y calor; la cama es el suelo comúnmente; algunos llevan algunos colchoncillos; nosotros los llevábamos muy pobres, pequeños y duros, llenos de lana de perro, y unas mantas de lana de cabra en extremo pobres.

 

Hay además en el navío mucho vómito y mala disposición pues van como fuera de sí y muy desabridos, unos más tiempo que otros, y algunos siempre. Hay muy pocas ganas de comer y arróstranse mal las cosas dulces; la sed que se padece es increíble; acreciéntala ser la comida bizcochos y cosas saladas. La bebida es medida, medio azumbre de agua cada día; vino lo bebe quien lo lleva. Hay infinitos piojos que comen a los hombres vivos; y la ropa no se puede lavar porque la corta el agua de la mar.

 

Hay mal olor especialmente debajo de cubierta, y intolerable en todo el navío cuando anda la bomba; y anda más o menos veces según el navío va bueno o malo. En el que menos anda es cuatro o cinco veces al día; aquella es para echar fuera el agua que entra en el navío; pero nosotros los sentimos más por ser muy extraños de los que habíamos acostumbrado. Llégase a esto: cuando hay salud, no tener donde estudiar ni recogerse un poco, y estar siempre sentados que no hay donde se pasear; todo se ha de hacer sentados o echados, o algún poco en pie; sobre todo, es traer siempre la muerte a los ojos y no distar de ella más que el grueso de una tabla pegada a otra con pez. »

 

(Fray Tomás de la Torre, Diario de viaje de Salamanca a Chiapa, 1544-1545)

 

Fray Bartolomé de Las Casas, Historia de las Indias, Editora Nacional, México, 1951

 

Llegados a Campeche, Yucatán, los Dominicos se reparten en dos grupos. Un primero grupo sale en una barca para ir, costeando la ribera, de Campeche hacia la desembocadura del río Grijalva en Tabasco (aquella región está cubierta de pantanos y construyeron la carretera sólo al principio del siglo XX). Una tempestad les sorprende.

 

 

La barca de los Dominicos no es segura

 

"El lunes todo el día llovió mucho et como no tenían amparo en la barca que no iba cubierta, mojáronse demasiado y aun no pudieron aderezar de comer. Este día a la tarde sopló el viento norte [...]. Cuando comenzó el aire, ya estaban todos casi dormidos en la barca y por presto que acudieron a la bomba y a echar fuera el agua que hacía y entraba por arriba, jamás la pudieron vencer, y como se iba empapando en la sal y en la ropa, sin sentir, se iba hundiendo, y no hubo remedio con los marineros que aligerasen la barca de un solo trapo: la mayor diligencia que hicieron, fue volver las velas para que el aire los echase a tierra, pero aun esto no sirvió de nada, porque con el viento, la noche y la turbación de todos ninguno sabía hacia qué parte estaban."

 

 

Nueve religiosos se ahogan durante la tempestad

 

"En esto vino una ola grande, y pasando por encima de la barca, que iba ya hundida en el agua por el mucho peso, la llenó tanto que les daba el agua a los pechos y con el golpe que la dio, la torció a un lado, arrancando muchas cajas que estaban sobre cubierta, y las personas que estaban arrimadas a ellas. Los religiosos fueron fray Agustín de Hinojosa, fray Felipe del Castillo y fray Pedro de los Reyes. Había entrado para servir a los padres un mancebo que venía con ellos desde España, que se llamaba Segovia: era gran nadador y dando voces a los padres, se echó al agua para socorrerlos, y miró y miró y no viendo a ninguno se volvió a la barca: fray Dionisio Vertabillo quedó abrazado al mástil, cercado de seglares que se encadenaron unos a otros apiñados, confesando a voces sus pecados, que no había tiempo para hacer más secreta la confesión. El padre los santiguaba y les decía que llamasen a Dios y le pidiesen perdón: y apenas dijo esto dos veces cuando vino una ola recísima que torció del todo la barca y dio con él y con todos los seglares que le cercaban en el agua y allí murieron.

 

 

 

Naufragio en los alrededores de Cancún, Yucatán, 2022

 

 

Cayeron también fray Jerónimo de Ciudad Rodrigo y fray Francisco de Quesada y el mozo Segovia que con su arte de nadar volvió presto a asirse del borde. Fray Francisco de Quesada topó con un cabo, aferróse a él y subió por la parte de proa que estaba fuera del agua y amarróse a un argollón de hierro. Llegó a él nadando fray Jerónimo pidiéndole que le socorriere. Extendióle un pie para que se asiese de él una, dos y tres veces y nunca la ola le dejó llegar y así se ahogó. Fray Alonso de Villasante y fray Martín de la Fuente, aparecieron en el batel metidos en el agua hasta la cinta y las olas llevaban el batel fuera de la barca, que como estaba ladeada y sus velas y jarcia tendidas, asíase a ellas el batel y no podía salir y así los socorrieron y los subieron arriba; aunque como la barca estaba de lado y no había que asirse y los religiosos estaban molidos y desmayados y como fuera de sí, desde a poco se cayó el fray Alonso y murió. Fray Martín que era más recio estuvo allí un rato, lanzó el agua que había bebido y con un vómito se desmayó y cayó en el agua, sin que él, ni otro le pudieran remediar.

 

Fray Juan Carrión estuvo un rato asido a la jarcia, enredado entre las velas y maromas y allí nadando y peleando con las olas llegó uno a quitarle el escapulario que le embarazada para salir y él dijo, que pues no le podían sacar y dar vida, que le dejasen morir en su hábito y así encomendándose a Dios murió. A fray Miguel Duarte le socorrieron y le pusieron en buen lugar, de donde les dijo a los que se ahogaban, y a los que quedaban el credo y la letanía: pero como la barca se trastornaba y daba tantas vueltas, y el religiosos estaba turbado y desmayado, a una de las vueltas cayó en el agua y se ahogó. Todo esto miraba fray Francisco de Quesada asido a su argollón de proa, que como aquella parte de la barca era angosta aunque se torcía o volvía como sabía nadar, fácilmente se tornaba arriba."

 

Manglar en la Laguna de Términos

 

Los Dominicos se encallan sobre la isla del Carmen

 

"Ahogáronse por todos treinta y dos personas, nueve religiosos, los demás seglares, en espacio de diez horas: desde las dos de la noche del día de San Sebastián veinte de enero, hasta las doce de medio día y la tormenta duró hasta la tarde. Sosegóse la mar y iba echando la barca a tierra, que conocieron que era la isla que llaman de Términos y estando algún trecho della vieron que por la playa iban unos españoles a veces en caballos y a veces en canoas, forzados a esta diferencia por los malos pasos y en esto se detenían algo y tuvo lugar Segovia de llegar a ellos nadando. Contóle el caso y compadecidos de su trabajo los esperaron. Salieron unos nadando, otros como pudieron que la mar por allí es baja; y a un mercader viejo de edad de más de setenta años muy grueso y muy pesado, que se escapó por no desasirse del borde de la barca y le subieron a ella tirándole sin duelo de las barbas y cabellos, como él lo mandaba, le ataron con una maroma y desta suerte le sacaron a tierra remolcándole en el agua como una pipa, apodo que él mismo se dio, que los demás no estaban para gracias. Repartieron con ellos los españoles de su comida, que eran unas tortillas de maíz, tasajos y algunas naranjas con que se esforzaron algo, porque ninguno se había desayunado desde el lunes a la mañana hasta aquella hora jueves al anochecer."

 

(Antonio de Remesal, Historia general de las Indias occidentales y particular de la gobernación de Chiapa y Guatemala, libro 5, capítulo 8)

 

 

En Campeche, Bartolomé de Las Casas y los Dominicos que quedan con él se enteran del naufragio. Deciden trasladarse al lugar de la desgracia.

 

 

Las Casas se embarca a su vez para la isla del Carmen

 

"Dábanla los marineros al señor obispo y a los padres que se embarcasen, porque el tiempo era a propósito para navegar, el mar sosegado y el viento favorable. A todos se les representó la muerte de sus hermanos y que no eran mejores que ellos, y así temían, si era enojo de Dios, no les alcanzase también. El señor obispo que entró el primero en la barca, los animaba con la misericordia del Señor y ser negocio suyo el que iban a hacer; y en causas naturales, aseguraba el viaje con la barca nueva, oficiales diestros, el viento a propósito y el mar sosegado. Decía que el suceso pasado había sido casual, por algún descuido de la gente, que pocas veces se suelen por allí perder los que navegan, y con esto los persuadió a embarcarse, sin querer cenar, diciendo antes una letanía con mucha devoción. […]

 

En la fuerza de estos pensamientos avisaron los marineros al vicario, que llegaban al paraje donde fue la desgracia. Mandólos levantar a todos y dijeron un responso cantado con mucha solemnidad y con muchas lágrimas. Acabada la sufragia el señor obispo como otro San Pablo en los trabajos de la mar, cuando iba preso a Roma, mandó sacar de comer, puso la mesa, trinchó la comida y para animar a los demás, con mucha gana comenzó a comer, faltóles luego el viento y estuvieron en calma hasta otro día a las ocho que comenzó a correr norte, que se iba esforzando. Animáronse también los marineros a recogerse a tierra y entráronse por la segunda boca de la isla de Términos, casi una legua adentro y allí para renovar el dolor hallaron arrojada la barca de la desgracia."

 

(Antonio de Remesal, Historia general de las Indias occidentales y particular de la gobernación de Chiapa y Guatemala, libro 5, capítulo 9)

 

 

Las Casas llega a Tabasco

Las Casas deja parte de los monjes sobre la isla del Carmen para buscar posibles sobrevivientes y prosigue su travesía hasta Tabasco.

 

 

Bartolomé de Las Casas sufre otra tempestad

 

"Tomada esta resolución: el señor obispo se embarcó con su compañero fray Rodrigo de Ladrada y fray Pedro Mártir, religioso lego que le servía siempre, y gustó que fuesen con él fray Luis de Cuenca y fray Jordán de Piamonte. […] Aquel día tuvieron calma, y el siguiente un norte peligroso, y aunque quisieran abrigarse dél, en la boca del río que llaman de San Pedro y San Pablo, el ser de noche y no le haber sondado el piloto, lo estorbó. Pasaron adelante con mucho peligro: tanto que por lo que podía suceder se confesaron todos. La noche siguiente se les descubrió una luz en tierra, que miraron con más gusto que otras veces el sol. Entendieron que era de Tabasco. Subieron por el río y a las voces de los marineros salió la gente del pueblo con muchas luces que tenían apercibidas porque ya sabían que el señor obispo venía. Recibiéronle con grandes muestras de alegría, y continuáronlas con muchos regalos con que le sirvieron todo el tiempo que allí se detuvo, y fue tanta la abundancia que le duraron hasta Ciudad Real. Para donde le dieron todo el buen recado y avío que era necesario para caminar así por agua, como por tierra."

 

(Antonio de Remesal, Historia general de las Indias occidentales y particular de la gobernación de Chiapa y Guatemala, libro 5, capítulo 9)

 

Mapa de la provincia de Tabasco, hecha por Melchor de Alvaro Santa Cruz, Relación Geográfica de la Provincia de Tabasco, 1579, Archivo General de Indias, Sevilla

 

Frontera, Tabasco, en el siglo XVI:

 

"La villa de Nuestra Señora de la Victoria, ochenta leguas de la ciudad de Mérida, junto á unas lagunas grandes abundantes de pescado y cerca de la mar; hay en ella cincuenta vecinos españoles, los treinta y seis encomenderos y pobres, porque el mayor repartimiento no pasa de trescientos indios, y los demás tratantes. Pobló este pueblo Don Hernando Cortés, cuando iba descubriendo la costa de la Nueva España, es el suelo tan caliente, que por no haber piedra ni poderse hacer casas de tapia ni adobes, por la humedad, se hacen levantadas del suelo sobre unos horcones, y las paredes de un seto de cañas sencillas porque pueda entrar el viento que viene de la mar: mudóse de este sitio por el año de 53 ó 54, veinte leguas dentro de la tierra, y despues se volvió donde agora está por la comodidad del puerto. La contratación desta tierra es el cacao y grangerías del ganado vacuno, de que hay como seis estancias. Cuando se descubrió esta provincia había tantos indios en ella, que en sólo Tauasquillo y Taxahual, pueblos de indios, había de doce quince mil indios, en que agora hay no más de cincuenta; en toda la provincia como veinte y ocho pueblos, y en todo poco más de los dichos mil indios tributarios, que dán de tributo dos mil xiquipiles de cacao, que cada uno es ocho mil almendras, y cada carga veinte y cuatro mil; y dán de maíz cuatro mil fanegas, que con otras cosas de sementeras, mantas y gallinas que tributan vienen á valer lo que pagan cada año más de trece mil ducados, y están tan cargados por haberse muerto los indios tributarios y quedádose en pié las tasaciones: tiene S. M. en esta provincia solos dos pueblos. "

 

(Geografía y descripción universal de las Indias. Recopilada por Juan López de Velasco, desde el año de 1571 al de 1574)

 

El viaje de Las Casas por los estados de Campeche y de Tabasco. De la derecha a la izquierda: la laguna de Términos y la isla del Carmen, la desembocadura del río San Pedro y San Pablo y la de los ríos Grijalva y Usumacinta juntos, (vista satélite; arriba, al norte, el golfo de México)

 

Los Dominicos escalan las sierras de Chiapas

 

Desde Tabasco, Las Casas sale adelante para ocupar cuanto antes su diócesis. Los Dominicos siguen, repartidos en varios grupos. Navegan en canoa sobre el río Grijalva y su afluente hasta Tacotalpa y emprenden luego la subida hasta San Cristóbal (2.200 metros de altitud), por las sierras de Chiapas.

 

Aquí está su itinerario en Tabasco y Chiapas:

 

- Tabasco (Santa María de la Victoria, hoy día La Victoria, cerca de Frontera)

 

- Tacotalpa

 

- Teapa

 

- Ixtapangajoya

 

- Solosuchiapa

- Ixhuatán

 

- Momostenango (Chamula)

 

- Ciudad Real de Chiapa (San Cristóbal de Las Casas)

 

 

Los Dominicos llegan a Ixtapangajoya

 

"EL PADRE FRAY TOMÁS CASILLAS y sus compañeros, llegaron a un pueblo que se dice Estapangaxoa [Ixtapangajoya] y no cabía el vicario de contento por verlos a todos juntos y con salud, y con tan buen ánimo de proseguir su jornada y los trabajos de ella, que le podían prestar a los muy animosos y osados. El sábado antes del segundo domingo de cuaresma, salieron de aquí, y el cacique les dio para el camino tortillas de maíz, pescado, naranjas, plátanos: y el padre vicario por pagarle en algo y mostrarle amor y algún género de agradecimiento (estilo que usaba con todos los bienhechores) le dio algunas bujerías de Castilla, y entre ellas, cruces, rosarios, imágenes de bronce y estampas para fijar en la pared."

 

 

Atraviesan las sierras abruptas de la región Zoque

 

"Y porque un río grande que habían pasado el día antes, con la lluvia había tomado mucha agua, y si fueran por el camino ordinario era forzoso este día pasarle cuatro veces con gran peligro, para salvarle fue necesario ir por un camino que sabían los indios, sólo para ellos, que iba por entre árboles espesos, y que ocupaban que el sol no llegase a tierra, malezas, zarzales, losas, peñascos; y las cuestas que subían tan derechas como un ciprés, que los padres iban reventando, y el bajarlas más era resbalar y rodar que andar. Aquí caían, acullá se enlodaban, en otra parte se les iban los pies y todo esto en ayunas hasta que fuera hora de comer que se tenía por sacrilegio no guardar el ayuno de cuaresma con tanta puntualidad como si estuvieran dentro de los claustros de San Esteban de Salamanca: porque desde allá venían persuadidos que los milagros con que habían de convertir los indios y reducir los españoles a bien vivir, no habían de ser otros que la esperanza de su vida llena de todo género de mortificación, su pobreza y el deprecio del mundo; y así comenzaban desde el camino, aunque fuese tan áspero y desacomodado como el que llevaban, el orden que habían de tener en su casa; y porque no faltase el del coro, el padre vicario les mandaba ir cantando salmos y himnos en alabanza del Señor y servíales también este ejercicio de divertir con el canto y la devoción de lo que se cantaba, el trabajo y cansancio de los malos pasos que era más de lo que se puede decir ni creer."

 

Teapa, una etapa de los Dominicos (iglesia Santiago Apósto, agosto de 2023)

 

Llegados a Solosuchiapa, relatan sus aventuras

 

"A la tarde llegaron al lugar de Xilosuchiapán [Solosuchiapa] y el cacique los recibió con gran regocijo y en señal de amor los abrazó a todos. Deseaba mucho que se detuviesen allí, pero no fue posible darle este gusto por haber en el lugar mal recaudo para celebrar el domingo; y no instigaban poco a la partida los mosquitos, que eran muy importunos. Bajaron la cuesta, o por mejor decir rodáronla que es muy derecha y muy áspera y llegaron a casa de unos españoles que estaban en la falda y no los hallaron allí; pero hallaron al padre fray Tomás de San Juan, que por estar muy enfermo le había enviado delante el padre fray Tomás de la Torre, porque era de su compañía y llevábanle unos indios en hamaca.

 

Este padre estuvo señalado en Campeche para ir en la barca de la desgracia y al tiempo de entrar en ella por una muy ligera ocasión se quedó. Cuando se embarcó en Tabasco, detúvose un poco la canoa en que venía y comenzóse a hundir, que a no dar voces a los que iban delante, que con mucha brevedad le socorrieron, se ahogara. El día antes que los padres llegasen, pasándole por un río, la fuerza del agua arrancó los indios que le llevaban, y ellos y el padre se ahogaban enredados todos en la hamaca; si no proveyera Nuestro Señor, que Segovia el criado de los padres que lo miraba se arrojara al agua y como era gran nadador detuvo al religioso, asió de un indio, animó a los otros y en tanta turbación les dio esfuerzo y con su ayuda se salvaron todos, y los padres que llegaron lo tuvieron por milagro. Hallaron también allí al padre fray Domingo de Medinilla que se detuvo con el enfermo que apenas volvía en sí del susto del río, con mucha caridad lavó los pies a todos los compañeros, que limpios y muertos de hambres, porque la colación fue ligera, se acostaron sobre unos zarzos."

 

(Antonio de Remesal, Historia general de las Indias occidentales y particular de la gobernación de Chiapa y Guatemala, libro 5, capítulo 12)

 

Un pueblo en los Altos de Chiapas

 

Este diario de viaje lo compuso Fray Tomás de la Torre. Lo utiliza, primero, Antonio de Remesal, con cierta libertad, y posteriormente Fray Francisco Ximénez, dominico, en su Historia de la provincia de San Vicente de Chiapa y Guatemala (1722). Ximénez asegura que se atiene fielmente a la letra del manuscrito. El texto de Ximénez sigue disponible en la edición de Editorial OPE: "Fray Tomás de la Torre, O.P., Diario de viaje de Salamanca a Ciudad Real de Chiapa. 1544-1545", Caleruega, España, 1985, via http://edsanesteban.dominicos.org

 

 

Chiapas hoy, Palenque, 22 de octubre de 2023, presidentes de México y de 10 paises de América latina se reunieron por la "Cumbre regional sobre migración"

 

"Sto. Domingo Palenque, pueblo de dicha Provincia de Tzendales, en los confines de la Intendencia de Ciudad Real, y Yucatán. Es cabezera de curato, de clima benigno, y sano, pero de corto vecindario. Se há hecho famoso, por haberse encontrado en tierras de su jurisdicción, los vestigios de una Ciudad muy opulenta, que se le ha dado el nombre de Ciudad del Palenque: corte sin duda de algún Imperio, aun de las Historias desconocido. Se hallaba la expresada Metrópoli qual otra Herculanea, sino como ésta sepultada, baxo las cenizas del Vesubio; sí, escondida en un vasto desierto: hasta que á mediado el siglo 18, habiéndose internado en la citada soledad algunos Españoles, se hallaron, no sin grande admiración, delante la fachada de una soberbia Ciudad, de 6 leguas de circunferencia: á cuya extensión correspondía la solidez de sus edificios, la suntuosidad de sus Palacios, y la magnificencia de las obras públicas: testificando su mucha antigüedad, los Fanos, Aras, Númenes, Lapidas, y Celaturas, que se ven en ella. Los geroglifícos, símbolos, y emblemas que se han encontrado en sus Templos, enteramente semejantes á los de los Egipcios, han hecho pensar que alguna Colonia de estos fundó la Ciudad del Palenque, ó de Culhuacan. El mismo juicio se ha hecho de la de Tulhá, cuyas ruinas se ven cerca del Pueblo de Ocosingo, en el mismo partido".

 

(COMPENDIO DE LA HISTORIA DE LA CIUDAD DE GUATEMALA ESCRITA POR EL BR. D. DOMINGO JUARROS, 1808-1818, IMPRESO EN LA TIPOGRAFÍA NACIONAL. - GUATEMALA, CENTRO-AMERICA)

 

 

 

Fray Bartolomé de Las Casas, defensor de los indios, Biografías Selectas, 1960

 

 

 

 

 

 

 

2024 "Frailes en país Maya"

 

http://moines.mayas.free.fr/

 

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Otro relato de viaje:

 

"Los que navegan podrán contar los peligros del mar, dice el que mejor lo sabe. Y así, como hombre que por mis pecados he navegado, quise contar á vmd. los trabajos de mi navegacion, aunque (á Dios gracias) fueron sin ímpetu de mar ni cosarios.

 

"HallCndome sin provision en la isla de Tenerife, traté de fletar navío para esta isla Española, y fleté no por poco dinero uno llamado Nuestra Señora de los Remedios, de harto mejor nombre que obras, cuyo maestre me afirmó ser el navío capaz, velero y marinero, estanco de quilla y costado, bien enjarciado y marinado. […]

 

"Nos metieron en una camarilla que tenía tres palmos de alto y cinco de cuadro, donde en entrando la fuerza del mar, hizo tanta violencia en nuestros estómagos y cabezas, que padres e hijos, viejos y mozos quedamos de color de difuntos, y comenzamos á dar el alma […]

 

"Salí del buche de la ballena ó camareta en que estábamos, y vi que corriamos en uno, que algunos llaman caballo de palo, y otros rocin de madera, y otros pájaro puerco […]

 

"El terreno de este lugar es de tal cualidad que cuando llueve está tieso, y cuando los soles son mayores, se enternecen los lodos y se os pegan los piés al suelo, que apénas los podréis levantar. De las cercas adentro tiene grandísima copia de volateria de cucarachas, que allí llaman curianas, y grande abundancia de montería de ratones, que muchos de ellos se aculan y resisten á los monteros como jabalíes […]

 

"Pedí de beber en medio de la mar; moriréis de sed, y os darán el agua por onzas como en la botica, despues de harto de cecinas y cosas saladas; que la señora mar no sufre, ni conserva carnes ni pescados que no vistan su sal. Y así todo lo más que se come es corrompido y hediondo, como el mabonto de los negros zapes . Y aún con el agua es menester perder los sentidos del gusto y olfacto y vista para beberla y no sentirla. […]

 

"Hombres, mujeres, mozos y viejos, sucios y limpios, todos van hechos una mololoa y mazamorra, pegados unos con otros; y así junto á unos uno regüelda, otro vomita, otro suelta los vientos, otro descarga las tripas, vos almorzais, y no se puede decir á ninguno que usa de mal crianza…"

 

Eugenio de Salazar, nacido por los años de 1530, Carta escrita al licenciado Miranda de Bon, Biblioteca de Autores Españoles, tomo LXII, Epistolario español

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El puente El Zacatal, con una longitud de 3.800 m, une la Isla del Carmen con el continente

 

La isla del Carmen (o de Términos) : Juan de Grijalva llegó en 1518 a la isla del Carmen. Antón de Alaminos, piloto mayor de la expedición de Grijalva, bautizó a la isla y a sus aguas como Isla de Términos, por considerar que ahí terminaba la gran isla que creían era Yucatán

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Mapa nautico de Frontera y de la desembocadura del río Grijalva.

 

El primer contacto con los españoles ocurrió el 28 de mayo de 1518, cuando Juan de Grijalva entra en un río de Tabasco, el cual tomará el apellido del conquistador. Un año después, en 1519, Hernán Cortés desembarca en el mismo río y vence los mayas chontales en la batalla de los llanos de Centla. Entonces los españoles fundan la villa de Santa María de la Victoria, hoy día La Victoria, en el municipio de Centla y Frontera.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El hotel Grijalva, en Désiré Charnay, Les anciennes villes du Nouveau Monde, 1887

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Rancho Bonito, Sierra Madre de Chiapas

 

 

 

 

 

 

 

 

El Río de la Sierra, en Ixtapangajoya